El esguince de tobillo es una de las lesiones más frecuentes entre los futbolistas, algo perfectamente comprensible, ya que el tobillo es una articulación que sufre especialmente durante la práctica deportiva, y las características del fútbol, con sus saltos y giros, aumentan las probabilidades de que se produzca. Y en el caso del fútbol sala esta incidencia es aún mayor, pues se trata de un juego más rápido y agresivo que el fútbol, en el que además se utiliza un balón plastificado más pesado que origina más problemas en el pie.
El esguince de tobillo supone una torcedura del mismo hacia dentro, lo que es más frecuente, o hacia fuera. Cuando se produce, los síntomas son claros: dolor e inflamación de la zona afectada, cuya temperatura se eleva, y aparición de hematomas. Es fundamental una óptima asistencia en los primeros momentos para evitar recaídas una y otra vez; con un esguince de tobillo la vida diaria se ve limitada y la práctica deportiva paralizada hasta la recuperación.
La gravedad del esguince, desde la distensión de los ligamentos de la articulación hasta la rotura de los mismos, va a determinar el tiempo de recuperación, que puede durar muchas semanas en los peores casos. Lo prioritario es evitar una excesiva inflamación, por lo que lo recomendable es el reposo y la aplicación de frío y compresión en la zona, siempre bajo la supervisión del especialista.
A medida que pase el tiempo, y el dolor y la inflamación se atenúen, conviene llevar a cabo una rehabilitación apropiada para poder retomar la práctica del ejercicio paulatinamente, el cual debe ir siempre precedido de un adecuado calentamiento. De otra forma, se corre el riesgo de que la lesión se vuelva recurrente, sobre todo si uno de los tobillos tiende a sufrir esguinces y no se fortalecen los músculos de ambos tobillos por igual. Además, puede ser recomendable jugar al fútbol con vendajes especiales que proporcionen estabilidad al tobillo.
Todo nuestro peso recae en las articulaciones de los tobillos, que soportan el impacto de nuestros movimientos y en ocasiones, las consecuencias de utilizar un calzado que no es el más apropiado. Si practicamos un deporte, el estudio biomecánico sirve para detectar y resolver problemas, para determinar la necesidad de utilizar soportes plantares personalizados, y para evitar lesiones. En el caso del fútbol, que requiere un calzado específico, el consejo de un podólogo deportivo será la mejor manera de seguir practicando nuestro deporte favorito de forma segura.
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