De todos los estilos, materiales y colores, el zueco vuelve a estar de moda, a pesar de ser considerado por muchos un calzado antiestético e incómodo para andar. Porque caminar con zuecos,
normalmente abiertos por detrás, obliga a contraer los dedos para contrarrestar la falta de sujeción del pie. Si son de madera, su peso excesivo origina al rato de utilizarlos calambres y dolor.
Si son de materiales sintéticos producen recalentamiento y sudoración en los pies, aunque ahora se comercializan unos zuecos denominados de espuma que resuelven este problema a base de aberturas
y agujeros.
Lo cierto es que su amplitud y el reparto que permite de la carga del peso a lo largo del pie hacen a los zuecos atractivos. Muchas personas los ven confortables, sobre todo si tienen los pies
anchos o con deformidades. Incluso en el ámbito sanitario su uso se ha generalizado, siendo el calzado habitual de médicos y enfermeras, aunque esto no debe llevarnos a la conclusión de que es el
calzado óptimo para trabajar. Desde el Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana se ha querido llamar la atención sobre este aspecto, insistiendo en que en el desarrollo de
cualquier trabajo debe utilizarse un zapato que sujete bien el pie, permita su correcta movilidad adaptándose a la pisada y amortigüe eficientemente los impactos del talón para evitar las
lesiones más comunes asociadas al uso de un calzado laboral inadecuado, como pueden ser piernas cansadas, calambres musculares, esguinces de tobillo, dedos en garra, edemas maleolares, fascitis
plantares, metatarsalgias, hiperhidrosis, duricias o callos.
En general, el zueco es inestable, si es de goma favorece la sudoración, y si tiene agujeros para permitir la ventilación del pie, puede ser inseguro desde el punto de vista de la seguridad sanitaria. Aún así, los podólogos no se muestran tan contrarios a su uso, siempre con una tira posterior que los haga más estables, en el caso de que la actividad del sanitario requiera pocos desplazamientos. Pero en los demás casos, recomiendan un calzado cerrado que sea ligero, de puntera y tacón anchos, con cierre de cordones o velcro, de materiales naturales transpirables que no dejen pasar los líquidos, y con suela antideslizante y antiestática.
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