Los pasados 12 y 13 de junio he tenido el placer de participar en el IV Simposium Internacional de Biomecánica y Podología Deportiva, celebrado en la sede del Instituto Biomecánico de Valencia (IBV). Allí tuve ocasión de asistir a unas interesantes jornadas organizadas conjuntamente por la Asociación Española de Podología Deportiva, de la que formo parte, y por la Sociedad Española de Biomecánica y Ortopodología, compartiendo un tiempo valiosísimo de experiencias y conocimientos. Han sido dos intensos días en los que se han alternado ponencias, mesas redondas y talleres, con otros momentos más distendidos. Todos ellos han supuesto valiosas aportaciones en lo profesional y lo personal, aunque destacaría de forma especial las intervenciones relativas al mundo del fútbol, un mundo al que he estado ligado como jugador y entrenador profesional, y al que sigo unido, ahora como podólogo deportivo de la Federación de Fútbol de Madrid.
La sede que nos ha acogido no ha podido estar mejor elegida. El Instituto de Biomecánica de Valencia es un centro tecnológico puntero cuyas investigaciones se aplican en muy diversos ámbitos, incluido por supuesto el deportivo. Desde su creación ha orientado su labor hacia el estudio y valoración de los movimientos de nuestro cuerpo, analizando su comportamiento en relación con el entorno que le rodea, para conseguir unos resultados óptimos que consideren siempre el bienestar de las personas.
La biomecánica es una disciplina científica con múltiples aplicaciones en nuestra vida diaria, y como síntesis de biología y mecánica, nos atañe directamente. En su vertiente deportiva, analiza
la práctica deportiva para mejorar su rendimiento, desarrollar técnicas de entrenamiento y diseñar complementos, materiales y equipamiento de altas prestaciones. Los estudios biomecánicos se han
ido popularizando porque cada vez somos más conscientes de los beneficios de realizarlos, y no sólo entre los aficionados al deporte. Cuando sentimos dolor en la espalda o en las rodillas no
solemos pensar que el problema esté relacionado con los pies. Sin embargo, en ellos se encuentra a menudo el origen de las molestias, y en estos casos el estudio biomecánico del pie es de gran
ayuda.
Tratándose de deportistas es absolutamente necesario realizar este tipo de estudio, del que forma parte el estudio de la pisada. Gracias a él se pueden detectar y/o evitar lesiones y mejorar el rendimiento, objetivos que siempre van ligados al deporte. Es un análisis que se realiza mediante sistemas ópticos, de presiones o de fuerzas, para valorar las presiones del pie en sus diferentes partes. Así se puede conocer la carga que reciben las distintas estructuras del pie y la evolución de estas presiones en las diferentes fases de apoyo, desde el choque de talón hasta el despegue.
Como tantas otras veces, la prevención y la profesionalidad son las claves para obtener los mejores resultados. En el ámbito deportivo, este objetivo exige la colaboración de todos los profesionales sanitarios implicados, médicos, traumatólogos, fisioterapeutas y podólogos. Para que sea totalmente efectivo, el estudio de la pisada debe realizarse en ausencia de dolor o lesión, y por parte de un especialista cualificado. Sólo así estaremos seguros de la efectividad de las recomendaciones que de él se deriven, ya sean referidas al uso del calzado apropiado a cada persona, deporte y superficie, o relativas al desarrollo de soportes plantares personalizados que controlen posibles desalineaciones observadas. Una labor de cooperación para alcanzar la meta en las mejores condiciones.
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