Los pies sufren los excesos navideños


 

Unos con alivio y otros con nostalgia, todos dejamos atrás las fiestas, con sus días y noches de celebraciones en las que se reparten regalos y se comparten risas y alegrías. También decimos adiós a un tiempo de excesos, tentados como hemos estado ante mesas repletas de alimentos y bebidas no siempre saludables, al menos, en las cantidades o en los momentos en que las hemos ingerido. Mariscos, carnes rojas, dulces de todo tipo, y, por supuesto, alcohol, han estado presentes en todas las comidas y cenas de estos días festivos, dejando huella en nuestro organismo.

Los excesos cometidos no sólo se aprecian en la báscula o se traducen en jaquecas. Frecuentemente, las personas con enfermedades crónicas como la hipertensión o la diabetes también padecen sus consecuencias en forma de descompensaciones que afectan negativamente a su salud. Los pies no escapan a los posibles problemas, especialmente en quienes cuentan con elevados niveles de ácido úrico, por la posibilidad de que aparezca una forma de artritis como es la gota.

 

La gota está producida por cristales de ácido úrico que se depositan en las articulaciones, y da lugar a ataques de inflamación aguda muy dolorosos. Cuando aparece esta patología es fundamental acudir al profesional sanitario para recibir el tratamiento adecuado lo más pronto posible. Además de recomendar una dieta sana y equilibrada baja en purinas, mantener el pie en alto, y enfriar la zona con una bolsa de hielo, el podólogo será el especialista que ayudará al enfermo a elegir el calzado más adecuado: amplio, con buena amortiguación y que permita un control del movimiento, valorando  la posibilidad de utilizar plantillas personalizadas que actúen como soporte para las articulaciones donde se localiza el dolor.

 

La gota genera graves problemas de movilidad porque afecta al dedo gordo, a los tobillos, a los talones y al arco del pie, provocando dolor articular y riesgo de artrosis en la zona. Pero no todas las inflamaciones del pie se deben a la gota, ni ésta se reduce a la inflamación del dedo gordo del pie, como se cree comúnmente. Este error puede llevar a muchas personas a soportar innecesariamente dolores en las articulaciones, al achacarlos a esguinces o malos movimientos. Acudir al podólogo para recibir el diagnóstico correcto permitirá aplicar a tiempo el tratamiento idóneo.

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